El Ministerio de Educación de la Nación dispuso la suspensión de las clases en todas las escuelas públicas y privadas del país.

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A excepción de los chicos de 6º grado de primaria y los de 5º año de la secundaria, que deberán presentarse a rendir la evaluación estandarizada que viene trayendo polémica, el resto de los alumnos no tendrá clases.

Según confirmó el titular del Ministerio de Educación, Esteban Bullrich, las pruebas se tomarán “en más de 30.000 escuelas de todo el país, colaborarán 31.365 directivos como veedores y unos 71.606 docentes aplicadores”.

Sin embargo, la evaluación “Aprender 2016” está teñida del rechazo de sindicatos, padres y profesores desde su misma concepción: creen que a través de las mismas se procederá a un “ajuste” y a una “mercantilización” de la educación que dejará por fuera aspectos sociales y económicos claves para abordar las problemáticas que enfrentan buena parte de los chicos de todo el país.

“Este tipo de exámenes tienen un carácter meramente censal, que reduce el concepto de calidad educativa sólo a resultados que reflejan una realidad educativa totalmente sesgada. La evaluación debe ser comprendida como parte integral del proceso formativo y no como un fin en sí mismo ni como una simple tabla de medición”, señalaron desde UDA.

“El objetivo es generar información sobre las escuelas para descargar la responsabilidad de la situación de la educación en los estudiantes, docentes y familias, desligando al Estado de su rol de garante de derechos. Así buscan justificar medidas de ajuste”, remataron desde ADEMYS.

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