Científicos, investigadores y docentes siguen en alerta: el presupuesto que votó “Cambiemos” y acompañó buena parte de la oposición contempla un gran ajuste presupuestario.
Pese a la “tranquilidad” que pidió el oficialismo, la comunidad científica consideró “insuficiente” los 1.200 millones de pesos incorporados por el gobierno de Mauricio Macri a los fondos destinados a “Ciencia y Tecnología” dentro del presupuesto 2017 que obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados.
De aprobarse definitivamente en el Senado, el reparto quedaría así: 700 millones para el ministerio que conduce Lino Barañao; 150 millones para la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, de la que depende el desarrollo satelital; 300 millones para el INTA; 100 millones para el Conicet; y 30 millones para la Fundación Miguel Lillo.
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— Diario BA (@diariodeBA) 27 de octubre de 2016
El reclamo de investigadores, docentes y estudiantes es claro: se neceisan un total de 4.300 millones de aumento para mantener los programas y proyectos en curso, sumar nuevos y recuperar niveles de inversión de años anteriores.
“Es puro maquillaje, pura cosmética. Es lo que hace sistemáticamente este gobierno: te aplica un ajuste brutal para que el reclamo parta de un piso muy bajo, cede después un poquito y sale a decir que negocia y escucha”, señaló el ex presidente del Conicet, Roberto Salvarezza.
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— Diario BA (@diariodeBA) 18 de octubre de 2016
Por todo esto, y a menos que el Senado introduzca modificaciones, el primer presupuesto del macrismo se convertira en el recorte presupuestario más grande en “Ciencia y Tecnología” desde que se creó el área. Lejos de las promesas de campaña, donde el ahora presidente Mauricio Macri prometía elevar el presupuesto del Ministerio de Ciencia y Tecnología al 1,5% del PBI, “Cambiemos” desarrollará una política acorde a sus deseos de ajuste fiscal.
La formación de científicos y la realización de proyectos que ayuden y tengan como objetivo resolver las necesidades de la población y contribuir a un bienestar general conlleva desafíos, riesgos y una inversión sostenida en el tiempo, contrario a la lógica que prima actualmente en la política.
