La Cancillería confirmó la negativa a avanzar en un juicio contra Gran Bretaña, iniciado en 1987 por la Comisión de Familiares de Caídos en las Islas Malvinas.

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A través de un documento de 110 páginas, el gobierno desestimó avanzar en un juicio contra Gran Bretaña por crímenes de guerra, torturas y por el hundimiento del Crucero “General Belgrano”.

Según lo comunicado por la Cancillería, basó su postura en un acuerdo firmado durante la presidencia de Carlos Menem y al que también remitió la cartera que dirige Susana Malcorra tras su reciente encuentro con el vicecanciller inglés Alan Duncan para relanzar las relaciones entre ambos países.

En esta línea, plantearon que “no puede sentenciarse la inconstitucionalidad de la declaración de Londres y Buenos Aires firmada en 1989 (el llamado acuerdo de Madrid), que dejó en un paréntesis el tema de la soberanía para que ambos países avancen en los acuerdos económicos, humanitarios y comerciales en torno a las islas. En ese acuerdo, cada parte se comprometió a no imponer demandas contra la otra”. Asimismo, advirtieron que “sería muy negativo el impacto” para el acuerdo sellado entre las partes.

Los familiares de las víctimas y organismos que presentaron las denuncias señalaron que “la Convención de Viena está por encima del acuerdo de Madrid”, lo que “les da el derecho a enjuiciar al Estado productor del daño para lograr una reparación”. Sin embargo, aclararon que no tienen posibilidades de avanzar si el propio Estado argentino no avala sus planteos.

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