71 personas, entre los que se encontraba a bordo el plantel del Chapecoense de Brasil, murieron en Colombia luego de que se estrellase el avión en el que viajaban.

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Pese a que las investigaciones todavía están en curso, ya son varios los especialistas y expertos que apuntan contra la precariedad de la aeronave y el entramado empresario detrás de la aerolínea como grandes causantes de la tragedia que le costó la vida a casi todo el equipo del Chapecoense, periodistas y directivos.

Se sabe que el plantel debió llegar el lunes por la tarde a Colombia procedente de Sao Paulo en un Airbus 320 fletado: sin embargo, por una desautorización de la Agencia de Aviación Civil (ANAC) , tuvo que hacer escala en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y embarcarse en un avión que tiene una autonomía de vuelo limitada.

Las luces comenzaron a posarse sobre la empresa de chárter Lamia (Línea Aérea Mérida Internacional de Aviación). La compañía de capital venezolano nacida en 2009 en el estado de Mérida opera desde Bolivia y vende sus paquetes desde Paraguay: tiene una flota de sólo tres aviones, dos de los cuáles se encontraban desde hacía tiempo en reparación.

“British Aerospace”, la empresa fabricante del avión que se cayó en Colombia, quebró en el año 2001: la aeronave que transportaba al Chapecoense había sido fabricada en 1999 y es de un tipo de avión que, para colmo, tuvo 13 accidentes con más de 200 muertos en el curso de su corta historia.

El avión, diseñado para cubrir trayectos cortos, no era “óptimo” para realizar el viaje: los investigadores aún no se explican cómo esta aeronave fue empleada para cubrir la distancia de 2.265 kilómetros aproximadamente que separan a Santa Cruz de la Sierra y el aeropuerto José María Córdova de Medellín.

“Los protocolos de seguridad aeronáutica plantean que una aeronave debe tener suficiente combustible para llegar a su destino, pero también, para experimentar una espera eventual y, además, para ir a aeródromos alternos, en caso de presentarse una emergencia”, aseguraron miembros de la Aeronáutica Civil de Colombia al ser consultados sobre el tema.

Aunque todavía falta analizar las cajas negras, se supone que en ello residió el problema principal del RJ85 de Lamia que se estrelló en un monte de Antioquia: llegaba con el combustible justo, quedó incorporado en espera – es decir, el avión se mueve en un radio definido hasta recibir la orden de aterrizar o trasladarse a un aeródromo cercano – porque otra aeronave se declaró en emergencia y, sin atinar a declararse también en emergencia para pedir “vectores”, terminó precipitándose a tierra.

Teniendo todo esto en cuenta, otras preguntas comienzan a instalarse en la opinión pública: ¿Por qué la CONMEBOL y distintos equipos y seleccionados elegían para viajar a una empresa casi desconocida, cuyos aviones no estaban a la altura de los trayectos que debían hacer? ¿Quién es el nexo que gestiona las contrataciones?

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