Desde este lunes, cientos de investigadores y becarios tomaron la sede del Ministerio de Ciencia y Tecnología y el CONICET. Lograron los 500 ingresos.

La comunidad científica sigue en alerta ante el ajuste presupuestario que impulsa “Cambiemos” en el área: luego de una masiva movilización realizada el lunes pasado a la sede del CONICET y del Ministerio de Ciencia y Ténica que se encuentra en el barrio de Palermo, científicos e investigadores decidieron ocupar el edificio hasta recibir una respuesta.

Cinco días después de su inicio, la toma todavía se sostenía ante la falta de respuestas: en una de las últimas reuniones que habían mantenido las partes, el ministro Lino Barañao ni siquiera se presentó. Recién lo hizo en las últimas horas del jueves.

Pese a que los funcionarios pidieron “terminar con la toma” y amenazaron con iniciar acciones legales, las distintas organizaciones decidieron que la misma continúe hasta lograr el ingreso de todos los investigadores y becarios.

“Siempre nos convocan a una o dos reuniones previas donde no ofrecen nada, y después nos quieren dar migajas. Si hace falta vamos a pasar Navidad en el ministerio”, adelantó Alejandro Muntó, de la organización Jóvenes Científicos Precarizados (JCP). En consecuencia, desde el jueves al mediodía los científicos e investigadores comenzaron a impulsar la consigna “#NavidadEnConicet” para visibilizar el reclamo y el alcance de la medida de fuerza.

“Lo que queremos es, de base, garantizar el salario del conjunto de los 489 compañeros hasta diciembre de 2017, para poder negociar la posición política de este gobierno respecto al Conicet. Porque el problema no es económico, es político; ellos quieren girar los fondos a otras instituciones descentralizadas del Estado y no dárselo al Conicet”, señaló, por su parte, Nuria Giniger, de Científicos y Universitarios Autoconvocados.

“Estos recortes en nada se condicen con las prioridades definidas en el Plan Argentina Innovadora 2020, que el mismo Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva elaboró y propuso hace escasos años y tampoco con las propuestas de campaña del presente gobierno”, advirtieron, por otra parte, desde la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.

Finalmente, luego de tantos días de toma, amenazas y falta de propuestas, los investigadores y becarios lograron el objetivo que se propusieron: el ingreso al CONICET. Pese a ello, las negociaciones no terminaron tan pronto: resolvieron pedirle a las autoridades que se quite del punto tres a las empresas, así como también que se explicite que los becarios que pasaron el límite de edad se puedan volver a presentar a concurso.

Vale la pena recordar que el tránsito hacia el acuerdo no fue fácil: hasta el Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) tuvo que interceder ante el hostigamiento en redes sociales contra los investigadores, científicos y becarios. “Nos preocupa particularmente la intención de estigmatizar la producción de conocimiento en Ciencias Sociales y Humanas descontextualizando y manipulando los títulos y resúmenes de las investigaciones”, señalaron.

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