La apuesta migratoria del presidente norteamericano Donald Trump envalentonó al conservador primer ministro húngaro, Viktor Orban.

No es la primera vez que el gobierno de Hungría carga contra los migrantes y refugiados; sin embargo, esta vez quieren ir un paso más allá.

Viktor Orban confirmó que su país procederá a detener a todos los migrantes “hasta que se resuelva su situación de asilo”, lo que incluye la etapa del procesamiento de toda la información de sus solicitudes de aplicación.

“No se les va a permitir dejar los campamentos de refugiados a menos que decidan regresar a sus casas o se les haya permitido legalmente quedarse en el país”, explicó Kovacs, vocero del gobierno húngaro.

“La libertad viene después de la seguridad. Si vos no podes proveerle seguridad a tu propio país: ¿cómo vas a garantizar libertades?”, se preguntó el funcionario ante la prensa. “Se les va a dar refugio, comida y educación. Esto es para parar el abuso sistemático del Tratado de Schengen”.

La decisión de Hungría rompe con una serie de normas internacionales e indefectiblemente llevará a choques intensos con otros miembros de la Unión Europea (UE).

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