Una veintena de dirigentes de conforman el Consejo Directivo de la central obrera decidieron ponerle fecha a la medida de fuerza.

El último 7 de marzo la legitimidad de la Confederación General del Trabajo (CGT) se vio minada: entre insultos, abucheos y pedidos de fecha del paro nacional, la conducción debió abandonar el escenario donde se realizó el acto.

Poco más de una semana después, el Consejo Directivo resolvió fijar la medida de fuerza de alcance nacional: el paro será el próximo 6 de abril y no habrá movilizaciones.

Según ratificaron los sindicalistas en la reunión, la medida es “una expresión del malestar social” y debe entenderse como una forma de reclamo para que el gobierno “rectifique el rumbo económico”.

De esta manera, el paro confluirá con el de la CTA que, pese a que había anunciado que sería el próximo 30 de marzo, aseveraron que cambiarían la fecha en caso de que la central obrera le pusiera fecha en abril.

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