El atacante, nacido en Kent, mató a cuatro personas e hirió a decenas tras atacar con su auto y un cuchillo en Westminster.

Poco a poco, los investigadores británicos comenzaron a desandar el camino emprendido por Khalid Masood durante los últimos años.

Las autoridades confirmaron que el atacante había sido identificado como “potencial extremista” en 2010 pero luego su caso fue “desestimado”.

Las agencias de inteligencia locales pusieron el foco en Masood en esa época luego de que retornara de enseñar inglés en Arabia Saudita pero, luego de algunos meses, concluyeron que era una “figura periférica”: ya había estado como profesor en Medio Oriente en 2005.

Mientras las detenciones se suceden en todo el país, la Secretaria de Estado, Amber Rudd, le pidió a la compañía WhatsApp y a sus competidoras que no se conviertan “en una plataforma secreta de comunicación para terroristas”.

En esta línea, y a medida que crecen las sospechas de que el atacante haya enviado mensajes antes de emprender el raíd fatal, la funcionaria del gobierno británico recomendó que le dejen vía libre a las fuerzas de inteligencia para que tengan acceso a los mensajes encriptados.

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