El entramado social es, a veces, una suerte de “caja de pandora”: acontecimientos rupturistas como el ataque terrorista en el “Manchester Arena” pueden desatar acciones o discursos inesperados, rescatar viejos modos de actuar o vehículizar fuerzas novedosas.

Los ciudadanos de Manchester, sin embargo, echaron mano a su acervo musical para expresar el dolor, la bronca y, también, la necesidad de brindar paz ante la adversidad.

En una de las tantas vigilias que se hicieron por los muertos en el atentado, y tras varios minutos de silencio, la gente que se acercó al lugar empezó a cantar el hit de 1995 de Oasis, “Don’t look back in anger”. El impacto fue tal que, incluso, el tema volvió a entrar en el chart de temas más escuchados de iTunes.

La mujer que empezó a cantarlo, Lydia Bernsmeier-Rullow, le confesó al medio ITV News de que el “odio no prevalecerá” y que jamás esperó que tanta gente se sume y se conmueva con la canción en ese momento.

“Todos empezaron a cantarlo a mi alrededor, fue tan hermoso. Está bien estar enojados, está bien sentir rencor, pero no podemos pasarnos toda la vida mirando hacia atrás. El odio no puede ganarnos, el amor siempre prevalece”, remató.

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