“En lo personal esta decisión se vino gestando desde hace algún tiempo. Siempre pasa que uno entra en el día a día y fueron pasando las semanas. Después de Semana Santa hablé con el presidente y le dije: ‘Acá está mi carta de renuncia, no tiene fecha, pero la decisión está tomada'”, reveló la diplomática argentina que, por lo pronto, abandonará su cargo recién el 12 de junio.

Pese a su alejamiento, Susana Malcorra subrayó los ejes que guiaron su gestión: “Yo siempre trato de volver a las bases, que son los famosos tres objetivos del presidente: el primero es la eliminación de la pobreza, que es un objetivo aspiracional: todos los gobiernos deberían buscar eliminar la pobreza; además le puso un sesgo muy fuerte en lo económico a la Cancillería. El segundo, la lucha contra el narcotráfico, que nos inserta en la cuestión del terrorismo, no en la primera línea, pero sí en el financiamiento, es decir, el narco lavado [de dinero]. Y el tercero, la unión de los argentinos”.

En torno a las diferencias con el kirchnerismo, agregó:  “No creo que haya tenido una política de aislamiento, sino una política sesgada de conexiones. La visión que yo tengo es que uno tiene que vincularse con todo el mundo, con excepciones, por supuesto, como Corea del Norte (…) Yo puse distancia con un período que sesgó a la Argentina de una manera muy marcada en su relación con el mundo”.

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