Expertos, investigadores, historiadores y organismos de derechos humanos sostienen que el “Operativo Independencia”, habilitado por el gobierno de María Estela Martínez de Perón a comienzos de 1975 fue el inicio de la política de aniquilamiento de las FFAA y el “laboratorio” de lo que ocurrió a gran escala a partir del 24 de marzo de 1976.

La viuda de Juan Domingo Perón fue la encargada de firmar el decreto que ordenó las operaciones, primero al mando de Acdel Vilas y luego de Antonio Domingo Bussi.

En las últimas horas, sin embargo, la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) confirmó que la ex presidenta, que actualmente tiene 90 años y vive en España, no será investigada por sus responsabilidades en las violaciones a los derechos humanos cometidas en territorio tucumano.

Por unanimidad, el máximo tribunal rechazó una apelación que habían presentado los fiscales ad-hoc para causas por violaciones a los derechos humanos en Tucumán, Pablo Camuña y Patricio Rovira, y que había sostenido el fiscal general ante la Cámara de Casación, Ricardo Weschler.

Allí, consideraban a Martínez de Perón como “participe necesaria por haber dado una orden cuya ejecutoriedad no controló” y pedían su imputación “por haber firmado el decreto N° 261 de 1975 y haber permitido que esa orden se convirtiera en el establecimiento de un sistema clandestino de represión”. “Como comandante en jefa de las Fuerzas Armadas, tenía la obligación de evitarlo”, sostuvieron.

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