Luego de que el gobierno de Mauricio Macri fijara unilateralmente el salario mínimo, vital y móvil en los $10.000, la CTA de los Trabajadores y la CTA autónoma salieron con los tapones de punta.

En este sentido, Hugo Yasky señaló: “El gobierno se orienta siempre en función de los empresarios, que apuestan a la reducción de los costos laborales con bajas salariales”.

“Se le pone una tapa de hormigón al salario de los que menos ganan. Y que el este salario mínimo se termine de pagar en julio del año que viene, habla de esta insensibilidad social“, remató.

Por su parte, Pablo Micheli sostuvo: “Las tres centrales tienen que rechazar la propuesta si no hay 15 mil pesos de salario mínimo. Estamos dispuesto a una cifra menor sólo con una cláusula gatillo de revisión frente a la inflación”.

Mientras el primero anunció una marcha nacional para la “primera semana de agosto”, el segundo habló sobre la posibilidad de llamar a un “paro general” y demostrar el descontento el próximo 9 de julio.

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