El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) salió al cruce de los últimos datos de pobreza difundidos por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) a través de un análisis de la metodología utilizada por el organismo público a partir de 2017:

“Es importante remarcar que, previo al año 2016, no existían sospechas en relación a los indicadores surgidos de la encuesta permanente de hogares (EPH), sino que las dudas se concentraban en torno  a los indicadores de inflación. Sin embargo, la nueva gestión del INDEC realizó cambios sustanciales a la metodología de la EPH, lo que ha generado dificultades relevantes para realizar comparaciones. Cabe señalar, que los cambios suscitados en la Encuesta Permanente de Hogares repercuten en indicadores muy sensibles como la desocupación, la desigualdad y la pobreza”, aseveraron en su último informe.

“El principal cambio metodológico de la Encuesta Permanente de Hogares a partir de 2016 fue el cambio en las proyecciones poblacionales. De hecho, tal modificación en las proyecciones poblacionales genera en la práctica que la población proyectada a la cual se refiere la encuesta es sensiblemente diferente (…) Se puede afirmar que los cambios en las proyecciones poblacionales de la EPH han redundado en indicadores que mejoran la distribución del ingreso, lo que suaviza los resultados de la transferencia de ingresos suscitada desde que asumió el gobierno”, explicaron.

“Particularmente los errores en la metodología de medición de la pobreza no sólo incluyen las inconsistencias de la EPH (de la cual se extraen los ingresos que luego se contrastan con el valor de las canastas), sino que además se detectaron errores en la composición, valorización y actualización de las canastas básicas utilizadas para representar las necesidades que debe satisfacer la población”, prosiguieron.

“Simplemente, las canastas utilizadas por el INDEC no representan el patrón de consumo actual de la población al estar basadas en una encuesta de 1996/1997, y por lo tanto el INDEC lejos está de medir el paquete de bienes y servicios que la población pobre de referencia debe consumir para satisfacer sus necesidades”, concluyeron desde CEPA.

  • Para leer el informe completo: CEPA

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