El mundo no está fácil y las líneas que lo guían no son precisamente rectas sino bastante intrincadas: la semana pasada apareció una foto del niño Liam Mango, de 5 años, luciendo un buzo para una campaña publicitaria de H&M; tras acusar a la empresa de “racista”, manifestantes llegaron a criticar y a amenazar a la madre: ahora se tuvo que mudar.

El escándalo estalló rápidamente: la leyenda “El mono más cool de la junga” fue tomada como una consigna claramente racista. En Sudáfrica causó tanto revuelo que manifestantes llegaron a vandalizar locales de la marca.

La madre del chico, sin embargo, aclaró varias veces que no habían sentido ni sufrido ningún tipo de discriminación por parte de los directivos de la marca.

“Respeto las opiniones de los demás. Sé que el racismo existe, pero: ¿este buzo es racista o refiere al racismo? Yo creo que no”, señaló en diálogo con la BBC.

“Yo sé que para muchos son una verguenza; una deshonra para la comunidad negra y africana-americana. Creen que vendí a mi hijo por plata. No es así”, agregó en relación a los ataques y amenazas que viene sufriendo.

En esta línea, confirmó que debieron mudarse de su casa de Estocolmo, Suecia, por “razones de seguridad”. Aunque no quiso brindar mayores precisiones sobre el asunto, confesó que el miedo fue un factor determinante. Su hijo, aclaró, no sabe ni entiende nada respecto a todo lo que se generó alrededor.

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