El fabuloso resultado conseguido en el Camp Nou (4 a 1) dejó bastante tranquilo al Barcelona de cara a la revancha pese al buen nivel mostrado por la Roma en dicha oportunidad.

El equipo italiano refrendó su buen juego de local y, a los seis minutos de juego, Dzeko marcó el primer gol del partido para advertirles a los catalanes que estaban en peligro.

El tradicional circuito de juego no le funcionó con la perfección usual a la visita: Lionel Messi, siempre intenso y presto a hacer de las suyas, no encontró los espacios ni las sociedades para quebrar el ritmo que propusieron los romanos.

Ya en la segunda parte, aprovechando un penal, Daniele De Rossi puso el 2 a 0 para esparcir la ilusión en las tribunas y el banco de suplente: estaban a un gol de la hazaña.

Y Manolas, a siete minutos del final, la materializó: el griego marcó el 3 a 0 que, gracias al gol de visitante obtenido en suelo catalán, le daba el pase a las semifinales.

El Barcelona se fue con todo contra el arco local en el tiempo que restaba pero le costó crear situaciones claras de gol. Sólo Messi, después de una “guapeada” entre varios, casi llega a ponerse cara a cara contra el arquero pero la pelota le quedó alta.

Y en tiempo de descuento, Dembelé tuvo en sus pies la oportunidad de silenciar a toda la cancha aunque la pelota, esquiva, se fue detrás del arco. El Barcelona se quedó otra vez afuera en cuartos de final.

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