El líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, caminaron de la mano del lado norcoreano de la frontera antes de recorrer a pie la distancia hasta la “Casa de la Paz”, en Panmunjom, donde se firmó 65 años atrás el armisticio.
En una ceremonia simbólica, plantaron y regaron un pino donde, además, instalaron una placa conmemorativa con la leyenda: “Estamos plantando paz y prosperidad”.
En diálogo con la prensa, ambos mandatarios advirtieron que este mismo año pondrán fin a la guerra que comenzó en 1950 y que duró tres años, hasta que se firmó el armisticio pero no la paz.
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“Vine aquí determinado a enviar una señal de partida al cruzar el umbral del inicio de una nueva historia”, señaló Kim Jong-Un.
“Queremos concluir un acuerdo audaz para obsequiar un gran regalo al pueblo coreano en su conjunto y a la gente que quiera la paz”, agregó Moon Jae-in.
Yoong Young-chan, portavoz de Corea del Sur, reveló los detalles que guiaron el encuentro: “Los dos dirigentes mantuvieron un diálogo sincero y franco sobre la desnuclearización y el establecimiento de una paz permanente en la península coreana y el desarrollo de las relaciones intercoreanas”.
También hablaron sobre reanudar proyectos humanitarios conjuntos, como las reuniones entre familias divididas como consecuencia de la guerra, y “sostener un diálogo fluido”.
