River no luce ni brilla, pero desde el 14 de marzo se dedicó a ganar todo partido que se le haya cruzado: eso explica, en buena parte, su clasificación tranquila a los octavos de final de la Copa Libertadores.

Lo más peligroso del equipo colombiano en el primer tiempo fue una pelota parada: Armani, una vez más, mostró todos sus reflejos para ahogar el grito de gol.

Y de la mano de Quinteros y Pratto, el equipo de Marcelo Gallardo creció en la cancha y llegó a abrir el marcador: el ex delantero de San Pablo empezó a pagar con goles y puso el 1 a 0 que sería definitivo.

En la segunda parte, el “millonario” volvió a utilizar el peligroso recurso al que echó mano ante Emelec en Ecuador: decidió acurrucarse cerca de Franco Armani, empujado por el rival y cansado por la altura. Sin embargo, volvió a salirle bien y se trajo a Buenos Aires otra valiosa victoria. Sólo le resta definir, ante Flamengo en el “Monumental”, quien se quedará con el primer puesto del grupo.

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