El propio Lionel Messi ya se había mostrado preocupado con sus compañeros por esas cartas que se multiplicaban y que lo tenían como destinatario en las redes sociales desde el lunes de esta semana.

La manifestación que se produjo este martes a la puertas del predio donde se entrenaba la Selección Argentina fueron una de las gotas que colmó el vaso: la cosa venía seria y nadie quería jugar con fuego.

En horas de la tarde, los referentes del plantel se reunieron con el “Chiqui” Tapia y le comunicaron su decisión: en solidaridad con el crack rosarino y teniendo en cuenta también su propia seguridad, no iban a viajar a Israel por más contratos firmados y dinero que hubiera en juego.

Ni la comunicación entre Benjamin Netanyahu y Mauricio Macri sirvió para que el desenlace fuera distinto: el mandatario argentino le aseguró a su par israelí que “nada podía hacer”. La presión de Torneos, empresa co-organizadora del evento, tampoco surtió efecto.

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