En espejo con Argentina, el empate en el primer partido ante Suiza también dejó a Brasil mal parado en la zona de grupos: el equipo de Tité necesitaba ganarle a Costa Rica para encaminar la clasificación a octavos de final.

La primera media hora de partido fue toda de los sudamericanos. Con los embates de Neymar, Coutinho, Gabriel Jesús y Marcelo se encargó de maniatar a la defensa costarricense contra el arco defendido por Keylor Navas: solo la impericia de los delanteros para definir en los últimos metros y las salvadas del arquero del Real Madrid evitaron que se abriera el marcador.

El segundo tiempo arrancó de la misma manera: Brasil yendo con todo contra el arco de Costa Rica y Keylor Navas solo, parado en la línea de fuego. Tiros en el travesaño, salvadas en la línea y voladas espectaculares evitaron que los hinchas brasileños estallen sus gargantas en las tribunas.

Los centroamericanos tuvieron un acercamiento peligroso con un par de centros cruzados pero los brasileños supieron desactivar el peligro y seguir atacándolo. Neymar, en dos oportunidades, estuvo al borde de romper el cero pero la pelota se le fue por encima del arco.

La polémica del partido estalló a diez minutos del final: Neymar cayó en el área y el árbitro cobró penal. Sin embargo, a través del VAR se dictaminó que el astro brasileño se había tirado. La medida quedó entonces sin efecto y el partido adquirió un tono histérico.

Pero la superioridad de Brasil pudo más que el aguante de Costa Rica: en tiempo de descuento empezaron a facturar todo lo que habían perdonado en los 90 minutos.

Coutinho, después de una linda jugada colectiva, puso el 1 a 0 y desató la locura brasileña. Un rato más tarde, y después de tirar fantasía cerca del córner, Neymar selló el 2 a 0 y terminó en el centro del campo llorando de la alegría.

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