Inglaterra volvía a jugar una semifinal después de muchos años y salió dispuesta a no perder el tren: antes de los cinco minutos, el equipo de Southgate se puso en ventaja.

Trippier, de tiro libre, calzó la pelota entre al arquero y el ángulo para poner el 1 a 0 y llevar preocupación a su rival: Croacia iba a tener que hacer algo más que apelar a las genialidades de Modric y Rakitic para dar pelea.

Cuando se lo propusieron, los ingleses fueron más en el campo. Sin embargo, por momentos decidieron retrasarse en la cancha, apoyarse en Pickford y los centrales, relegar algo la pelota y jugar balones largos para que Sterling y Lingard le ganen la espalda a Vida. En una de esas, Harry Kane casi mete el segundo: no pudo definir bien ante Subasic y el palo le negó otra vez el gol en el rebote.

El segundo tiempo fue todo de Croacia. Y antes de los quince, antes de empezar a desesperarse, apareció Perisic por el medio de la defensa británica para cabecear la pelota a la red y sellar el 1 a 1.

Un rato más tarde, el delantero croata aprovechó otra desatención defensiva, pisó el área y se la cruzó a Pickford: la pelota dio en el poste.

Los dos alargues que había jugado en octavos y cuartos de final parecían no pesarle a los croatas: fueron a buscar con todo el triunfo y lo lograron.

Una desatención en los últimos quince minutos le costó caro a Inglaterra: Perisic ganó arriba y Mandzukic, de volea, la mandó a la red para desatar la euforia de sus hinchas. Por primera vez en su historia, ¡Croacia está en la final de la Copa del Mundo!

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