Es una tragedia para el patrimonio histórico de la humanidad: un incendio de grandes proporciones destruyó este último domingo el Museo Nacional de Brasil, situado en Río de Janeiro.

El mismo contenía unas 20 millones de valiosas piezas del acervo nacional del gigante sudamericano, que datan de la época imperial brasileña, como momias, fósiles, animales disecados y utensilios indígenas: la institución celebraba sus 200 años de historia.

Las autoridades confirmaron que en el interior del edificio había “sustancias inflamables”, lo que habría agravado el cuadro de situación. Aunque un grupo de trabajadores del lugar consiguieron rescatar a contrarreloj algunos tesoros de la colección, las pérdidas “son invaluables”.

“No va a quedar nada. Las llamas están altísimas y el fuego está por todos lados. El palacio se va a quemar todo y también las colecciones, las momias, todo. Se acabó. No sé si la institución va a seguir existiendo después de eso“, aseguró José Perez Pombal, ex director del museo.

Luchábamos hace años, en distintos gobiernos, para lograr recursos para preservar adecuadamente todo lo que fue destruido hoy“, concluyó Luis Fernando Duarte, vicedirector de la institución.

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