El Tribunal Oral en lo Criminal Federal 3 de la Ciudad de Buenos Aires condenó al genocida Santiago Riveros a 45 años de prisión por los secuestros y las torturas que sufrieron once mujeres embarazadas durante la última dictadura cívico militar en el Hospital Militar de Campo de Mayo y el robo de sus hijos e hijas.

El represor, que fue jefe de Institutos Militares y titular de la Zona 4 del Ejército, ya tiene varias condenas por delitos de lesa humanidad: en 2009 recibió la primera, a prisión perpetua en cárcel común, por las torturas que sufrió el adolescente Floreal Avellaneda y su posterior muerte; en 2012 fue condenado por el plan sistemático de robo de bebés y en 2017 recibió un fallo adverso por los crímenes cometidos contra conscriptos en el que fue condenado a prisión perpetua.

A contramano de esta condena ejemplar, la otra decisión que tomaron los jueces Javier Ríos, Andrés Basso y Adriana Palliotti generó resquemor y revuelo: absolvieron al médico Raúl Martín, quien estuvo a cargo del centro de salud donde sucedieron estos crímenes.

“Tenemos sensaciones encontradas con la sentencia. Es valorable la condena a Riveros, una que se suma a las que ya tiene, pero por otro lado es una pésima noticia la absolución de Martín”, sentenció Pablo Lachener, abogado de Abuelas de Plaza de Mayo.

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