El lunes arrancó movido en el Congreso de la Nación: antes de las ocho de la mañana, un llamado anónimo alertó a las fuerzas de seguridad sobre una amenaza de bomba.

A modo de prevención se decidió evacuar el “Anexo I” y llevar a la calle a todos los que desempeñan tareas en ese sector.

Luego de revisar el edificio y constatar de que se trataba de una falsa alarma, los expertos permitieron a los trabajadores regresar a sus puestos dentro del palacio legislativo.

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