El cataclismo que supuso el 2018 para la economía argentina continuará repercutiendo en la vida cotidiana de los argentinos: los efectos de los altísimos números de inflación que registró el INDEC durante los últimos doce meses se seguirán padeciendo en el inicio del 2019.

La devaluación del peso no sólo impactó en los precios minoristas sino que, además, hizo mella en los precios mayoristas. Todos estos “desfasajes”, aseguran los miembros de la industria petrolera, se trasladará indefectiblemente a los valores de naftas y gasoil.

Según “El Cronista”, los estacioneros ya se preparan para cambiar las pizarras en marzo: “De mantenerse estables los precios de los combustibles hasta el 1° de marzo, se trataría de una suba de 2,5% respecto al valor actual de la nafta súper de YPF en la Ciudad de Buenos Aires ($ 36,99 por litro) y de 1,6% en relación al gasoil común (grado 2, a $ 34,59) de la misma marca”, advirtieron.

Para colmo, se estima que este nuevo incremento volverá a impactar en los precios minoristas por los aumentos en los costos de traslado y logística.

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