✒️ Por: Adriana Vanoli

Andrea Gómez trabajaba en el Senado de la Nación, tenía 47 años y vivía en el Bajo Flores. Falleció el 7 de abril de coronavirus. Un hermano suyo, muy cercano, sirvió comida a doscientas personas por día en un comedor hasta ese día. ¿Cómo aislar el virus en un barrio con hambre?

Entre el 10 y el 11 de abril de 2020, varios diarios publicaron la noticia de la muerte de una trabajadora de limpieza en el Senado. “vivía en el Bajo Flores”, fue el dato que contextualizó el hecho.

Andrea vivía en pasaje Ana María Janer, a 70 metros de la Manzana uno, donde viven sus hermanos. Estuvieron relacionados, como casi todas las familias del barrio Illía. Cuando murió Andrea, el comedor “Hormiguita Viajera” se cerró, su hermano Cristian, que apodan King Kong, ayudaba a servir las viandas. La gente que retiraba su comida allí, fue derivada a los comedores que los aceptaron, otros por miedo, dijeron que no.

Rocío, coordinadora del Comedor A.M.O.R, comentó a este medio: “No hicieron las cosas como corresponde, cuando Andrea murió, fuimos al CESAC 31 (Centro de Atención Comunitaria dependiente del Hospital Piñeyro) a pedir explicaciones y más medidas de precaución, y el médico que nos atendió ese día, nos dijo que ni siquiera estaba probado que Andrea haya muerto de coronavirus, se nos burló en la cara”.

Rocio junto a algunos vecinos estan desinfectando las veredas y calles con agua y lavandina dos veces al día, no solo por el Covid sino también por el dengue. “Lo tenemos que hacer nosotros, no hay punteros políticos es para cuidar a nuestras familias”, dice.

Sandra, quien maneja el Comedor “Un nuevos comienzo”, recibió  a las personas que asistían a buscar alimentos al lugar cerrado por cuarentena. “El barrio se enardeció con la muerte de Andrea, uno de los hermanos esta en cuarentena, y a otro que andaba por la calle, le pegaron muy mal”. “Ellos no quieren hablar, acá es muy difícil”, Dice Sandra mientras da directivas a los y las ayudantes al final de una jornada de trabajo en cuarentena, “nosotros seguimos, hay 290  raciones diarias que damos, más 50 personas del Hormiguita que agregamos”.

Los análisis positivos (post mortem) de Andrea,  y dos de sus hijos fueron analizados y confirmados por el Instituto Malbrán e informados, mediante un comunicado por el secretario general de la Asociación del Personal Legislativo (APL), Norberto Di Próspero.

Al Bajo Flores, como se lo conoce, lo integran entre otros, los barrios de Illia, Rivadavia I, Rivadavia II, Asentamiento 13 BIS y la Villa 1,11, 14, la más poblada de la Ciudad, según censo 2018 Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) con una población estimada de 53mil personas. “En el Bajo Flores hay en la actualidad hay 66 comedores para una población de 75 mil habitantes aproximadamente, algunos asisten a 800 personas otros a 100”, dice a este medio, un trabajador social vinculado con los referentes barriales por su trabajo con la problemática alimentaria, que prefiere no dar su nombre.

Aclara que, ante la muerte de la persona relacionada con el colaborador del “Hormiguita”, el Comedor fue cerrado dos semanas, y hoy lunes 27, reanudó su actividad.

Desde la pandemia, el crecimiento de las personas que asisten a comedores es abrumadora, y como protocolo, hemos pedido ampliar el horario para evitar aglomeraciones, no hay comida en sede, solo se cocina y se entrega en viandas y se pide el distanciamiento de 1, 5 metros)”, dice el trabajador de la problemática alimentaria, y agrega que se entrega además, semanalmente en forma modular de cajas, alimentos secos a 2500 familias.

Hay familias con Covid, pero no se dice, acá las reacciones son complejas y mejor no sembrar pánico”, aclara.

El conurbano, gran bastión electoral, suele ser motivo de preocupación justificada para funcionarios, y dirigentes políticos. El sur de la Ciudad, con sus barrios, sin embargo, pareciera ser una meseta invisible para diferentes políticas públicas, también en emergencia sanitaria mundial.

Porque un encierro domiciliario sin casa era improbable, pero el confinamiento comunitario también será inviable si el virus circula impaciente, interna y sigilosamente”. Dice Nacho Levy, y por algo será.

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