Los casos nunca lograron descender a menos de 300 diarios en la Ciudad de Buenos Aires y, desde mediados de diciembre, empezaron un franco ascenso que terminó convirtiendo a la situación en un escenario epidemiológico más que preocupante de cara a lo que se viene.

Con las terapias intensivas llenándose de a poco y un contexto delicado, los profesionales de la salud porteños volvieron a poner el grito en el cielo: están cansados, mal pagos y deben afrontar una nueva ronda de contagios, trabajo agotador y muerte.

Jorge Gilardi, titular de la Asociación de Médicos Municipales, aseguró al portal “Diario Z” que en las guardias y los hospitales el ánimo no es el mejor: “La oferta salarial nos impactó por lo precaria. Hemos recibido un impacto muy fuerte, pero no tuvimos el lugar que merecimos en la consideración del gobierno. Creo que tuvimos un trato que no fue lo suficientemente afectivo. Hubo un muy mal manejo de las licencias, ciertas desatenciones con el personal, más allá de lo económico”.

“Los equipos de salud sienten el impacto. La segunda ola nos agarra golpeados, salarialmente no reconocidos. El éxito en la atención de la primera ola se debió al esfuerzo de los equipos de salud. El personal puso todo de sí y estuvo en riesgo todo el tiempo. Nos parece que las condiciones para enfrentar la segunda ola deberían ser mejores”, remató.

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