Ante el avance de los casos y la aparición de nuevas variantes, muchos países decidieron suspender las clases presenciales hasta que la situación epidemiológica mejore: más allá de las buenas intenciones, reducir el contacto y la movilidad de las personas es clave para frenar al coronavirus.

Sin embargo, las autoridades nacionales y provinciales no parecen estar dispuestas a dar el brazo a torcer en el corto plazo. En las últimas semanas han repetido una y otra vez que “las escuelas no son foco de contagio” y que el verdadero problema “son las reuniones sociales” que se producen afuera de los establecimientos.

La escolaridad tiene mucho que ver. Puede ser que otros eventos sociales también influyan, pero la escuela es clave para entender lo que está pasando“, aseguró Martín Hojman, médico infectólogo del Hospital Rivadavia a “Diario Z”.

“Otros especialistas dicen que si se respetaran los protocolos, no debería haber problemas, pero yo no sé hasta qué punto se cumplen y si hay capacidad de cumplirlos, por cuestiones edilicias, por la precarización de los docentes que deben moverse de una escuela a otra. Me han contado de escuelas que tienen un baño para 40 alumnos“, esgrimió el especialista.

Por su parte, Analía De Cristófano, jefa del Servicio de Infectología Pediátrica del Hospital Italiano, agregó en diálogo con el mismo portal: “Hoy ya no debería haber debate sobre relación a la capacidad de los niños y niñas tanto de contagiarse como de transmitir la enfermedad. Tienen cargas virales similares a las personas adultas“.

Vale la pena recordar que los gremios docentes vienen alertando sobre la cantidad de contagios que registran semana a semana entre docentes, personal no docente y alumnos. Según plantearon desde Ademys, desde que se volvió a las escuelas “con los protocolos inviables del gobierno, sin recursos y con la habilitación al uso del colapsado transporte público” aumentaron un 50% los casos en la Ciudad de Buenos Aires.

Comentarios

comentarios