El efecto político y mediático que buscaron las partes en el conflicto se cumplió: el domingo por la noche buena parte de los canales de televisión y portales de noticias reflejaban las palabras de Horacio Rodríguez Larreta indicando que este lunes iba a haber clases presenciales en la Ciudad de Buenos Aires.

“Fue emocionante la movilización que se generó. Miles, millones de chicos, de docentes, de padres, de ciudadanos en general dijeron con voz muy clara que la educación es la prioridad. Gracias a esa convicción, los chicos están en las escuelas. La educación tiene que ayudar a cerrar la grieta”, planteó el jefe de gobierno en conferencia de prensa.

Sin embargo, el panorama del primer día hábil de la semana estuvo lejos de tener a todas las escuelas abiertas y los pupitres ocupados: entre los padres y las madres que decidieron no mandar a sus hijos, las “burbujas” aisladas, los docentes que adhirieron al paro decretado por algunos gremios y los establecimientos que ya habían organizado el día bajo la modalidad virtual, no se vio tanto movimiento de chicos por las calles porteñas.

La Universidad de Buenos Aires (UBA) anunció a través de un comunicado que los colegios secundarios dependientes de la institución, al igual que las universidades, no acatarán al fallo de la Cámara federal de la Ciudad de Buenos Aires y no tendrán clases presenciales durante los próximos días.

Muchos privados, por su parte, comunicaron antes de la medianoche que abrirían sus puertas con normalidad mientras que otros confirmaron que lo harán recién este martes.

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