La administración de Horacio Rodríguez Larreta desplegó esta madrugada un gran operativo para evitar que los “manteros” y vendedores callejeros se instalen en el lugar.

Manteros II

Casi 500 efectivos de la Policía Federal y la Policía Metropolitana se encuentran apostados desde el lunes en la calle Terrada hasta la calle San Nicolás tras un nuevo pedido de la Fiscalía General para terminar con la venta callejera en la zona de la calle Avellaneda.

“Ya hicimos diversos procedimientos con secuestro importante de mercadería. Ahora lo que pedimos es que el Gobierno de la Ciudad arbitre los medios necesarios para evitar que estas personas puedan instalarse en la vía pública”, explicó Luis Cevasco, actual fiscal general porteño.

Tras el requerimiento judicial, el gobierno dispuso a aproximadamente 10 policías por cuadra para evitar que se instalen nuevamente los vendedores ambulantes que a diario comercializan productos y prendas sobre la vereda y la calzada.

“La idea es que la Policía se quede todo el tiempo necesario para garantizar que esta gente no regrese, mientras tanto seguimos con la investigación contra las organizaciones porque estamos ante un claro caso de evasión impositiva y eventualmente lavado de dinero”, remató Cevasco.

Más allá del operativo para sacarlos de calle, la pregunta sobre qué hará el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para darle un lugar a aquellos que se ganan la vida con la venta callejera sigue latente: a comienzos de año, Rodríguez Larreta había adelantado que los “relocalizarían”.

En horas de la mañana, los “manteros” y vendedores ambulantes cortaron un sector de la esquina en la intersección de la Avenida Avellaneda y la calle Cuenca.

“Nos encontramos a las 5 de la mañana con un megaoperativo policial de más de 2500 policías. Con esto se presentó el Gobierno de la Ciudad para reprimir a los trabajadores”, expresó Omar Guaraz, titular de la Asociación de Vendedores Libres, a los canales de televisión que allí se encontraban presentes.

“Gran parte de la represión no se está en la calle Avellaneda sino en las calles laterales. Tenemos compañeros detenidos y compañeros que están siendo coaccionados. La policía está apretando a los manteros”, señaló.

Manteros

El lunes a la tarde, ante la no retirada de las fuerzas de seguridad, los manifestantes organizaron una protesta y cortaron la Avenida Avellaneda y Nazca, caminando a contramano por la calle principal y produciendo un caos vehicular.

Las cosas comenzaron a complicarse el martes por la mañana con más problemas en la zona: los efectivos de la Policía Metropolitana que se encontraban allí avanzaron contra los “manteros” y vendedores ambulantes luego de cruzarse con ellos tras varias horas de espera pasiva.

En medio de las piedras y forcejeos, los efectivos policiales decidieron cargar y emprender contra los manifestantes con escudos y machetes en uno de los sectores para correrlos del lugar.

El conflicto siguió durante varios minutos y las corridas también: a su paso, algunos de los que se encontraban protestando intentaron cerrar la persiana de comercios y locales que se encuentran sobre las calles adyacentes.

Los vendedores ambulantes comenzaron luego a golpear autos estacionados y cuando la policía intentó frenarlos, forcejearon con los agentes y se tomaron a golpes de puño. “No nos dieron una respuesta ni una solución, nos quieren mandar a un galpón de Once”, se quejó Jorge López, uno de los referentes de los puesteros informales.

Tras el primer cruce, los efectivos de la Policía Metropolitana y la Policía Federal que se encontraban en el lugar comenzaron a reprimir a los manifestantes con balas de goma y gases lacrimógenos. Como consecuencia de ello, entre 15 y 20 personas fueron detenidas por “daños y resistencia a la autoridad” y trasladadas a la comisaría n°50. También hubo varios heridos, entre ellos un policía.

Comentarios

comentarios