Información relevada por el Ministerio de Finanzas y Hacienda de la Nación arroja que las partidas de varios sectores “sensibles” están siendo subejecutadas por “debajo” de la media.

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1) Desde hace ya un tiempo, la Dirección de Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual dependiente del Ministerio de Salud de la Nación está prácticamente acéfala. La pobre ejecución del presupuesto para el área, situación que se viene acarreando desde, por lo menos, el 2015, impacta de lleno en la calidad de vida de los pacientes.

Sólo en lo que va del 2016, sólo se dio luz verde al 50% del dinero que se tenía previsto desembolsar. Según datos de la Dirección de Sida, en el 2015 el presupuesto para el VIH fue de 1.050 millones de pesos y se ejecutaron sólo 905 millones en tratamientos: este año el presupuesto es de 1.450 millones de pesos y no fueron utilizados para la compra de partidas de medicamentos.

¿Qué es lo que falta? Hay medicamentos que directamente no entran o, a lo sumo, entra una mínima cantidad y fraccionados; pañales de adultos insuficientes; medicación para problemas pulmonares y antibióticos inexistentes; a los pacientes y organizaciones se les hace imposible acceder a la medicación antirretroviral, a reactivos para test y seguimiento de pacientes VIH+ en todo el país ni tampoco cuentan con materiales para la prevención como preservativos y folletería.

2) Hasta principios de octubre, el Ministerio de Salud de la Nación que conduce Jorge Lemus apenas ejecutó el 11,71% de los fondos destinados para su programa de “Salud Sexual y Procreación Responsable”.

Las cifras son espeluznantes teniendo en cuenta, sobre todo, la importancia de los los objetivos a los que apunta el programa: “disminuir la morbimortalidad materno infantil, prevenir embarazos no deseados, promover la salud sexual de los adolescentes, contribuir a la prevención y detección precoz de enfermedades de transmisión sexual, VIH/Sida y patologías genitales y mamarias, garantizar a toda la población el acceso a la información, orientación, métodos y prestaciones de servicios referidos a la salud sexual y procreación responsable y potenciar la participación femenina en la toma de decisiones relativas a su salud sexual y procreación responsable”.

3) Tal cual remarca el periodista Catriel Etcheverri en “Minuto 1”, el gobierno de Mauricio Macri también viene subjecutando sistemáticamente el presupuesto destinado para la “Investigación para la Prevención y Control de Enfermedades Tropicales y Subtropicales”.

Como suele suceder en estos casos, durante el año y cuando las luces apuntan para otro lado, las autoridades se desentienden de las problemáticas estacionales como el virus del dengue, zika y chikungunya. En verano, cuando los tiempos apremian y ya no hay prácticamente nada que hacer, sólo quedan excusas: hasta el momento se utilizó apenas el 3,69% de los fondos disponibles para frenar otra epidemia.

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