Aunque desde un comienzo el gobierno de Mauricio Macri reconoció que podría haber “problemas” en diciembre y enero, las autoridades buscan minimizar un potencial conflicto.

Edesur

Las altas temperaturas y la pobre inversión en infraestructura y mantenimiento que las distribuidoras eléctricas han realizado en los últimos años son un combo perfecto para el mal humor de los usuarios y los problemas cuando comienza a fallar el servicio y a producirse cortes de luz por doquier.

Atendiendo a esto, la administración de Mauricio Macri comenzó a activar una serie de medidas para intentar minimizar el riesgo de que esto ocurra masivamente.

Por un lado, y según especificaron desde “La Nación”, se comenzará en estos días con el “mantenimiento acelerado de turbinas en uso, la instalación de equipos de emergencia, la reparación de cables y la puesta en marcha de nuevas turbinas”. La idea es que estos puedan responder al máximo en los días más críticos.

El ENRE y la Secretaría de Energía Eléctrica, por su parte, les ordenaron a Edenor y Edesur que lleguen a diciembre sin cables quemados en su red de distribución. La necesidad de dar esta orden por parte de las autoridades a empresas privadas que cobraron subsidios millonarios y a las que ahora, para colmo, se les condonará una deuda de 19.000 millones de pesos con Cammesa, es un tanto curiosa: debería ser algo obligatorio.

En la última pata del plan, ENARSA pondrá a disposición de las empresas eléctricas los costosos equipos de emergencia denominados “UGEMS”: serán administrados por la compañía estatal y se desplazaran para atender problemas puntuales.

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