En medio de la polémica con el Frente Renovador,  el gobierno de Mauricio Macri presentó en Diputados un proyecto de reforma del Impuesto a las Ganancias. 

Prat-Gay II

El punto de partida de las deducciones de las ganancias netas de los trabajadores asalariados, jubilados y pensionados, y también para quienes desempeñan su actividad en forma independiente, se elevaría a $48.668, siempre que sean residentes en el país.

A eso se podrán agregar las denominadas “cargas de familia”: por cada hijo menor de 18 años la suma de $22.872 por año, “siempre que sean residentes y que no tengan en el año entradas superiores a $48.666, cualquiera sea su origen y estén o no sujetas al impuesto”. Un monto similar se permitirá como deducción especial.

En 2017 pagarían ganancias los asalariados que ganen más de $21.712 netos sin hijos y $25.231 netos para el trabajador casado y con dos hijos menores. Significa un aumento de la base imponible de 15%, respecto de los valores actuales.

Los asalariados alcanzados por el Impuesto a las Ganancias ya no podrán deducir a sus cónyuges, ni tampoco a padres y abuelos, mientras que en el caso de los hijos se reduce la edad máxima a cargo de 24 a 18 años, para “homogeneizar con la edad contemplada por el Régimen de Asignaciones Familiares y la Asignación Universal por Hijo para Protección Social”.

La eliminación de las deducciones para familiares a cargo en relación ascendente, hasta bisabuelo, la justifican en base a la “ampliación de la cobertura previsional, que pasó de niveles de 57% a 93,8% actualmente”

Asimismo, proponen reducir la tasa de entrada al impuesto, del 9% al 5%, y luego avanzar progresivamente de a 5 puntos porcentuales, hasta el tope de 35% para los ingresos superiores a $703 mil, que pagarán una base de 148.150 pesos.

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