El informe preliminar de la Aeronáutica Civil de Colombia (ACC) confirmó las versiones preliminares en torno a desidia y negligencia por parte de la tripulación.

Poco a poco, con el análisis de las cajas negras y las rutas de vuelo, los expertos comenzaron a desentrañar un poco más lo que sucedió con el avión que transportaba a periodistas, dirigentes y al plantel completo del Chapecoense que se estrelló en Colombia.

A través de un breve comunicado, la Aeronáutica Civil de Colombia confirmó que la aeronave de LAMIA viajaba con “el combustible al límite y exceso de peso”.

Según las autoridades, las grabaciones de la cabina demuestran que tanto el piloto como el copiloto conversaron sobre la posibilidad de hacer una escala en Leticia o en Bogotá, ambas ciudades colombianas, “porque se encontraban en el límite de combustible”.

“Ellos estaban conscientes de que el combustible que tenían no era el adecuado ni era suficiente”, aseguró el secretario de Seguridad Aérea de Aerocivil, Fredy Bonilla. “El avión también contenía un peso superior al permitido por manuales”.

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