Los cuatro derrames en poco más de un año y la contaminación de ríos y cursos de agua desnudaron la trama de complicidad y connivencia entre las mineras trasnacionales y los gobiernos provincial y nacional.

Distinas organizaciones sociales y medioambientales, así como también los vecinos nucleados en la Asamblea “Jáchal No Se Toca” vienen denunciando la necesidad de cerrar definitivamente la Mina Veladero y de exigirle a la Barrick Gold una “remedación” de los daños.

Teniendo todo esto en cuenta, el juez federal Sebastián Casanello reconoció que, ante los sucesivos derrames de productos contaminantes y químicos, es pertinente evaluar el cierre de la Mina Veladero.

“La producción de eventos contaminantes, no uno sino varios, obliga a considerar de modo definitivo su cierre pues son los hechos en su más cruda realidad lo que demuestran que las medidas de prevención fracasaron y los pronósticos fueron equivocados”, consideró.

El magistrado investiga actualmente si la actividad de la Barrick Gold tanto en este lugar como en la zona de Lama se encuentra sobrea la zona de glaciares o pre glaciares.

Para ello serán claves los resultados de una inspección ocular que en 2016 había ordenado y a los que todavía no pudo acceder por impericia de sus colegas provinciales.

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