El controvertido fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) cumple una semana: en el medio se produjo el repudio generalizado de gran parte de la opinión pública argentina y el arco político; sumado a una avalancha de recursos presentados por defensores de genocidas.

Pese la media sanción que obtuvo en la Cámara de Diputados el proyecto para limitar el beneficio a condenados por crímenes de lesa humanidad y su posterior conversión en ley en el Senado, los organismos de derechos humanos decidieron mantener la convocatoria para este miércoles a las 18 horas en Plaza de Mayo y así demostrar el compromiso de la sociedad con el “Nunca Más”.

“No perdonamos, no nos reconciliamos. Cárcel común y perpetua a los genocidas”, es el mensaje que más retumbó en las convocatorias en redes sociales, comunicados y videos antes de la marcha.

La movilización, tal como se preveía, fue histórica: después de varios años de realizar actos divididos durante cada aniversario del Golpe de Estado, todas las corrientes que integran el amplio espectro de organismos decidieron participar en conjunto: la única ausencia notoria fue la de Madres de Plaza de Mayo.

Por lo pronto, desde temprano comenzaron a caminar a la par distintas ramas de sindicatos, agrupaciones, ONG’s y particulares al calor del llamado de Abuelas de Plaza de Mayo, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, H.I.J.O.S. Capital, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), Encuentro Memoria, Verdad y Justicia (EMVJ), Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), entre otros.

“No todas son pálidas: esto es un logro. Era tan inimaginable que una Corte Suprema que tiene que hacer justicia salga con un 2×1. Es lamentable pero así de grande ha sido el repudio”, aseguró Taty Almeida de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.

“Este ha sido un día grande para nosotros: los genocidas no pueden ganarnos, ni en la época de la dictadura ni ahora”, agregó Rosa Roisinblit, de Abuelas de Plaza de Mayo.

“Después de tanta soledad y tanta lucha nos sentimos muy acompañadas. Hay derechos que no se pueden tocar: la paz, la convivencia y el respeto por el otro. Era esperable que esto pasara al llamarnos ‘curro’. Pero estamos todavía viejitas, con bastones, sillas de ruedas pero firmes”, apuntó Estela de Carlotto.

Al iniciar la lectura del documento, los cientos de miles de personas que se encontraban en la Plaza de Mayo gritaron “¡Asesino!” al escuchar el nombre de Luis Muiña, el represor que se volvió “conocido” tras el fallo de la Corte Suprema de Justicia.

Asimismo, se insultó y abucheó cada uno de los nombres de los integrantes del máximo tribunal que votó a favor de otorgarle el beneficio del 2×1 al genocida y desató esta avalancha de pedidos de criminales de lesa humanidad para salir de prisión.

Al tomar la voz Nora Cortiña y tras reiterar el pedido de justicia, la gente volvió a repudiar los nombres de famosos represores: el “Tigre” Acosta, Etchecolatz, Astíz y Von Wernich, miembro de la Iglesia Católica.

Estela de Carlotto, por su parte, arengó a la gente para que entone un cántico que, a esta altura, ya es histórico: “Olé olé, olé ola, como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar”.

“Los hijos nietos y bisnietos serán afectados por estos nuevos vientos de impunidad; afortunadamente la sociedad ha reaccionado con firmeza. Los legisladores aprobaron una ley que busca frenar aprobación del 2×1 a represores, esto nos llena de esperanza y gratitud”.

“Esperamos que los poderes tomen el reclamo de esta plaza. Acá nos acompañan sindicatos, personalidades de la cultura, del periodismo, distintos partidos políticos y agrupaciones pero lo más importante es que acá está el pueblo. Que la corporación judicial nos escuche. Señores jueces: ¡Nunca Más!”, sentenció la titular de Abuelas de Plazas de Mayo.

Con esta masiva movilización, exactamente una semana después del controvertido fallo de la Corte Suprema, los organismos de derechos humanos volvieron a demostrar en las calles que una de las principales líneas de fuerza que atraviesa a la sociedad argentina sigue al rojo vivo y no está dispuesta a olvidar: “Memoria, Verdad y Justicia”.

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