Como si la llegada a Berlín de un negacionista como Darío Lopérfido no alcanzara o el papelón de Esteban Bullrich en la Casa de Ana Frank no hubiera sido suficiente, otro miembro del elenco gubernamental habló sobre historia y derechos humanos cosechando una catarata de críticas y repudio.

El diputado de “Cambiemos”, Eduardo Amadeo, se refirió en Twitter a la visita de la canciller alemana Angela Merkel a una sinagoga y destacó el gesto como de “reconciliación” entre los nazis y los judíos.

Lo burdo de la frase y de su razonamiento quedó a la vista: homologó a Angela Merkel, representante del gobierno alemán, con el nazismo, sin tener en cuenta la larga tradición en torno a trabajos de reparación y memoria que ese país lleva adelante desde mediados del siglo pasado.

Para colmo, Amadeo llevó adelante ese artilugio para extrapolarlo a la discusión local del tema de los desaparecidos y la reconciliación que algunos sectores minoritarios de la sociedad prenten con las FFAA.

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