El destino y la polémica decisión del TOF 6 de darle el beneficio de la prisión domiciliaria a Miguel Etchecolatz lograron que una hija de desaparecidos, la esposa de un desaparecido y un sobreviviente de “La Noche de los Lápices” tengan que ser vecinos y volver a compartir su cotidianidad con un genocida.

“Es una cosa que está en mi cabeza las 24 horas del día, no puedo estar tranquila sabiendo que el tipo ese está acá, que puede salir, que tiene poder en la fuerza, no hay momento del día donde me pueda relajar, tengo miedo”, aseveró Ana Pecoraro en diálogo con InfoBAE.

“Parece que no pero esto te transforma la vida. Uno cree que tiene cosas muy superadas y se da cuenta  de que no. Ahora cuando hablo, por ejemplo, tengo dudas de si hablar de mí, de mi familia, de mi hermana, todo el tiempo estoy con la paranoia de que voy a llegar a mi casa y va a estar toda revuelta. Por qué tengo que vivir así, nunca me pasó esto de sentirme tan insegura y es porque sé que Etchecolatz tiene poder”, explicó.

“Etchecolatz es la ejemplificación monstruosa de todo lo que fue el terrorismo de estado: no se arrepiente, lo volvería a hacer, están sus declaraciones públicas, sus amenazas a los jueces, el papel con el nombre de Julio López”, aseveró la hija de Enrique Pecoraro y Alicia Ruszkowski.

“El sábado vamos a hacer un ‘escrache’ pero no tomado como algo violento, sino como cuando se los empezó a hacer años atrás, que tenían que ver con preguntar: ‘¿Usted sabe quién es su vecino?’, ‘¿Sabe qué hizo?’, buscar una condena social. Yo no quiero que ese tipo esté en paz. No quiero que pueda dormir tranquilo porque yo no puedo dormir tranquila, porque los sobrevivientes no pueden dormir tranquilos, porque las ‘Madres’ no pueden dormir tranquilas. Me alcanza el escrache social porque creo que sentir que la sociedad acompaña es fundamental. El trabajo siempre fue hacer entender que la dictadura le pasó a un país entero, no solamente a mí”, remató Pecoraro.

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