? Foto: Atilio Orellana

A las 11:20 de la mañana del martes, murió el genocida Luciano Benjamín Menéndez: tenía 90 años de edad y se encontraba internado desde el 7 de febrero en el Hospital Militar de Córdoba por un cuadro cardíaco agravado por su avanzada edad.

Como Jefe del III Cuerpo del Ejército comandó el exterminio entre 1975 y 1979 en diez provincias argentinas con 15 mil efectivos, tres brigadas, 24 áreas y veinte regimientos a su cargo: Córdoba, San Luis, Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Tucumán, Salta y Jujuy.

El hombre, que durante la época más oscura de la historia reciente argentina tuvo a la mitad del país bajo sus botas militares, antes había fundado el grupo paramilitar “Comando Libertadores de América”.

Vale la pena recordar que Menéndez, que recibió un total de 14 condenas a prisión perpetua por sus atroces crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura cívico militar, gozaba del beneficio de la prisión domiciliaria.

A los jueces no le importó demasiado que este hombre, culpable de numerosas desapariciones, asesinatos, secuestros, torturas, violaciones y robo de bebés, esté en su casa y no en una cárcel común.

En estos días, el represor debía enfrentar un nuevo juicio que lo tenía como uno de los 22 imputados en el Tribunal Federal N°1 por las causas Vergez y González Navarro.

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