El partido en el “Allianz Arena” marcó el ritmo de la serie que terminó este martes en el “Santiago Bernabeu”: el Real Madrid arrancó el partido con el 2 a 1 obtenido en Alemania y la certeza de que, pese a no haber jugado bien en la ida y tener enfrente a un gran rival, su poderío ofensivo y las individualidades podían sacarlo adelante ante cualquier escollo.

Sin embargo, la tranquilidad para el equipo de Zinedine Zidane se esfumó rápido: a los tres minutos de juego, y luego de que la visita manejara la pelota a gusto, Kimmich aprovechó un error defensivo para estampar el 1 a 0. Al Bayern Munich le quedaban 87 minutos para marcar el tanto que lo llevaría directo a la final.

A los diez minutos el conjunto “merengue” hizo una de las suyas: sin siquiera haber pateado al arco, sin siquiera haberse aproximado al área rival, marcó. Benzema capitalizó de cabeza una buena jugada de Marcelo para sellar el empate.

Esto no desanimó a los de Jupp Heycknes: el Bayern Munich siguió atacando al Real Madrid y le creó bastantes situaciones. En una de las más claras, Lewandoski remató al arco, Keylor Navas tapó con los pies, la pelota pegó en el travesaño y, en el rebote, James Rodríguez la tiró por arriba del travesaño.

La polémica se instaló en la última pelota del primer tiempo: un centro desde la derecha impactó en la mano de Marcelo pero el árbitro no cobró penal y los asistentes tampoco lo ayudaron a ver la clara falta.

Ya en la segunda parte, a segundos del inicio, el Real Madrid pegó el golpe de knockout: Tolisso dio mal un pase atrás, el arquero dudó entre agarrarla con la mano y que le cobren falta o sacarla con el pie pero nunca la sacó y Benzema, siempre atento, puso el 2 a 1.

Pese a todo, el conjunto bávaro siguió yendo a buscar el arco contrario, desarmándose atrás y dejando el campo libre para las contras de los locales.

La insistencia tuvo su premio: en una de las tantas, James Rodríguez capturó la pelota en el borde del área, pateó y la pelota dio en el brazo de un defensor. El rebote, esta vez, el volvió a caer en los pies y el colombiano, con toda su calidad, definió entre las piernas de Keylor Navas para que todo quede 2 a 2.

El arquero “merengue” sostuvo a su equipo de ahí en más: atajadas, cortes de centro y rebotes, una muestra del repertorio del costarricense que, aunque criticado por pasajes de la temporada, siempre fue el último bastión del Real Madrid por derrocar.

Con este resultado, los de Zinedine Zidane se quedaron con la serie por 4 a 3 y, como suele suceder últimamente, se metió una vez más en la final de la Champions League. El 26 de mayo, en Kiev, buscará la 13°.

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