Inglaterra, otra de las selecciones candidatas que corren de atrás en un “segundo pelotón”, arrancó con el pie derecho su participación en el Mundial de Rusia 2018.

Aprovechando las graves falencias defensivas de Túnez, los “Three Lions” se pusieron rápidamente arriba en el marcador gracias a un gol de Harry Kane, el goleador del Tottenham.

Sin embargo, las constantes situaciones de gol que tuvieron no las tradujeron en el marcador y un centro aislado que se sumó a una infantil falta de Kyle Walker desencadenó el empate tunecino: Sassi, de penal, puso el 1 a 1.

Faltaba una emoción más antes del entretiempo: Lingard, de buen partido, aprovechó una buena jugada colectiva para quedar sólo frente al arquero pero la pelota dio contra el palo tras una definición con la punta del botín.

Inglaterra no pudo encontrarle la vuelta al partido en el segundo tiempo: lejos de ser un equipo arrollador como intentó serlo en la primera parte, se lo vio más tibio y faltó de ideas.

Túnez, por su parte, se conformó con el empate, resignó la pelota y casi que no cruzó la mitad de la cancha. Se resignó a refugiarse junto a su arquero y esperar a que el tiempo pase.

La salida de Sterling y de Dele Alli no contribuyó a que la cosa mejorara para los británicos, aún con el mal partido que hicieron ambos. Sólo Rashoford insinuó algo de creatividad en el poco tiempo que le tocó jugar. Los pelotazos y los centros al área terminaron siendo un fiel reflejo de la impotencia inglesa de mitad de cancha para adelante.

En tiempo de descuento, cuando las esperanzas se desvanecían, otra vez apareció el goleador: Harry Kane, suelto en el área después de un centro, se limitó a empujarla con la cabeza para darle el triunfo a su selección por 2 a 1.

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