El presidente Mauricio Macri reglamentó todos los cambios en Impuestos a las Ganancias e introdujo, para la sorpresa de muchos, un Impuesto a la Renta Financiera para los residentes.

A través del decreto 1170, el equipo que comanda Nicolás Dujovne en el Ministerio de Hacienda estableció la renta derivada de inversiones financieras con una alícuota de entre 5% y 15%, según el tipo de instrumento y característica del inversor.

En esta línea, se grava con impuestos toda una serie de actividades financieras que antes no estaban alcanzadas, tales como los intereses y las utilidades que obtienen las personas por sus inversiones en plazos fijos, fondos de inversión y títulos públicos, entre otros.

En la resolución se aclara, además, que para estar alcanzado por el impuesto, las ganancias deberán superar los $ 66.917,91.

Por último, en el caso de compra de títulos, en uno de los últimos artículos del decreto se da la opción al inversor de computar el interés obtenido contra la pérdida que hubo entre el valor de compra del título con el de la venta.

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