Luego de registrar niveles alarmantes de casos de sarampión en la zona de Williamsburg en Brooklyn, el gobierno municipal de Nueva York decidió declarar la “emergencia sanitaria pública”.

La misma afecta sobre todo a la comunidad judía ortodoxa residente en la zona que, además, se opone a las vacunas. Por ello, el alcalde Bill de Blasio advirtió que le exigirán la inmunización contra el sarampión, paperas y rubeola (MMR) a los residentes de la zona.

“El brote de sarampión continúa creciendo de forma alarmante. Los casos comenzaron en octubre y muchos de estos han sido confirmados durante los últimos dos meses, de los cuales 246 casos son niños menores de 18 años”, confirmó Oxiris Barbot, directora municipal de salud.

Vale la pena recordar que, pese a que todos los organismos médicos y científicos del mundo recomiendan la vacunación, en el último tiempo ha cobrado fuerza en todo el mundo una ola “anti-vacunas”.

En algunas partes de los Estados Unidos la situación es preocupante: una investigación del “Hollywood Reporter” sobre los niveles de vacunación en las escuelas elementales de Los Angeles inquietó a médicos y científicos de todo el mundo.

En los barrios más ricos, como Santa Monica y Berverly Hills, los números se desploman a la par que la tos ferina se vuelve moneda corriente. En ciertos establecimientos educativos, entre un 60% y 70% de los padres llenó este tipo de formularios, bajando la tasa de vacunación a porcentajes que pueden compararse con países pobres como Chad o Sudán del Sur.

Comentarios

comentarios