Con varios de los países miembros en contra de la implementación de las cuotas y sin soluciones a corto plazo, la Unión Europea continúa sin poder encauzar la crisis de refugiados.

People queue in order to board a train close to Croatia's border with Serbia, in Tovarnik, Croatia, Tuesday, Sept. 22, 2015. European Union ministers agreed Tuesday to relocate 120,000 migrants in a move intended to ease the strain on nations Greece and Italy which are on the frontline of the continent’s overwhelming migrant crisis. (AP Photo/Marko Drobnjakovic)

Luego de llevar adelante nuevas reuniones en Bruselas, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, advirtió que los problemas aún no se han terminado para los países miembros de la Unión Europea, al menos en lo que a la crisis migratoria respecta.

“La gran mayoría de refugiados y migrantes todavía está por venir. Necesitamos corregir nuestra política de puertas y ventanas abiertas”, señaló Tusk. “Hemos llegado a un punto crítico por el cual necesitamos terminar con este circuito de recriminaciones y desentendimientos mutuos”, agregó.

El funcionario europeo sabe que, pese a que la resolución es el puntapié inicial para intentar darle una respuesta de conjunto a un problema que atraviesa y sacude los cimientos de Europa, los números de migrantes y refugiados que acordaron tomar los países miembros son ínfimos respecto a la cantidad de personas que se esperan que ingresen el resto del año.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico reveló que, según sus estimaciones, más de un millón de personas habrán entrado a la Unión Europea para fines del 2015, con aproximadamente 400 mil con intenciones de quedarse definitivamente.

Refugiados

La línea dura anti-inmigratoria, encarnada por el primer ministro conservador de Hungría, Viktor Orbán, hizo conocer nuevamente su descontento en torno a lo aprobado – a la fuerza – por Alemania y Francia el martes.

En este sentido, y luego de autorizar a sus policías a usar armas “no letales” contra los refugiados que intenten cruzar sus fronteras, el mandatario húngaro acusó a Angela Merkel, su par alemana, de ejercer un “imperialismo moral”.

Sin consensos unánimes ni líneas aún claras para seguir, la canciller de Alemania sigue dándole vueltas al asunto: ahora el tema relevante parece ser el rol de Turquía.

“Solucionar los problemas de las fronteras externas de la Unión Europea no es posible si no trabajamos en conjunto con Turquía”, advirtió en las últimas horas. “Levantar muros y rejas entre los países miembros no es la forma de arreglar el conflicto, las condiciones para una solución duradera no las hemos encontrado todavía”.

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