El lunes pasado, Lucas Cabello recibió tres disparos de bala por parte de un agente de la Policía Metropolitana: todavía se encuentra internado en grave estado.

Lucas II

“Mi hijo fue atacado por el agente Ayala, que le disparó por la espalda y lo remató en el suelo”, aseguró Carolina , la madre del joven baleado por un oficial de la Policía Metropolitana el último lunes en el barrio de La Boca.

“El primer disparo fue para bajarlo y los otros dos para rematarlo cuando ya estaba tirado en el suelo, ensangrentado, a tres pasos de su hija de dos años, que vio todo. El agente, lejos de ayudar a Lucas, solo guardó su arma y volvió a su lugar, donde estaba haciendo guardia. Ese es el accionar de la Metropolitana, que no entiende de diálogo, su idioma es la intolerancia y la represión”, añadió con dureza.

“El hecho por el cual el joven lucha por su vida en el Hospital Argerich fue una virtual ejecución o fusilamiento. Estamos ante un hecho gravísimo de violencia institucional que de acuerdo a las pruebas y declaraciones de familiares y testigos presenciales”, ratificó, asimismo, Miguel Angel Palazzani, titular de la PROCUVIN.

Este lunes, a las 18, familiares, amigos y vecinos de Lucas Cabello se concentraron en Almirante Brown y Villafañe, en el barro porteño de La Boca, bajo la consigna “Basta de gatillo fácil: ni un pibe menos”.

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