La matriz económica argentina no parece que vaya a sufrir demasiados cambios durante el gobierno de Mauricio Macri: la expansión de la soja y el shale gas, los “pilares” del desarrollo extractivista.

Vaca Muerta

Luego de una reunión con el CEO de YPF, Miguel Galuccio, y con el presidente de la filial de Dow en la Argentina, Gastón Remy, el presidente confirmó el compromismo de ambas compañías para seguir con el desarrollo de Vaca Muerta.

En esta línea, aseveró que ambas empresas se comprometieron a invertir 500 millones de dólares en 2016 para llevar adelante una nueva etapa en el bloque “El Orejano”.

“Es importante el trabajo en conjunto entre una empresa argentina como YPF y una multinacional tan respetada como Dow”, señaló Macri tras el anuncio. “Todo esto será central para sus actividades industriales y nos permitirá crecer, generar empleo y contribuir con el desarrollo argentino”, agregó.

Macri
Miguel Galuccio, por su parte, dijo que “es un gran orgullo haber podido avanzar con el primer desarrollo de shale gas de la Argentina junto a Dow”.

“Estamos viendo resultados extraordinarios y nos entusiasma doblemente que un líder en la industria petroquímica confíe en YPF para su primer desarrollo upstream. El acuerdo es un hito importante de lo que significa el enorme potencial del shale gas en el país”, sentenció.

Lejos de abrir el panorama y la discusión con organizaciones ambientales y sociales en torno al fracking, la contaminación, los agrotóxicos y los derechos de los pueblos originarios sobre porciones del territorio ahora ocupadas con máquinas y pozos para se explotados, la administración macrista parece decidida a consolidar al extractivismo como el “motor” del “desarrollo” argentino.

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