Luego de varias idas y vueltas, finalmente el Senado votó la apertura del “impeachment” contra la mandataria que fue apartada de manera interina.

Rousseff

El Partido de los Trabajadores (PT) va de mal en peor: además de las críticas de la oposición y la ruptura de la alianza con el PSDB, se le sumó ahora la pérdida de la presidencia.

En las últimas horas, la Cámara de Senadores de Brasil aprobó por amplia mayoría la apertura del juicio político a Dilma Rousseff en función de que sea investigada por el supuesto “crimen de responsabilidad” de realizar maniobras fiscales para ocultar el déficit de su gestión.

Los senadores le dieron luz verde al inicio del proceso con 55 votos a favor y 22 en contra: de manera interina y por un plazo de hasta 180 días, el vicepresidente Michel Temer reemplazará a la mandataria electa.

Hace algunas semanas atrás, la Cámara de Diputados había debatido largamente en torno a si se daría curso al pedido de “impeachment” o no: la iniciativa fue aprobada con más de los dos tercios necesarios, con 367 legisladores a favor.

La situación y el panorama es más que complicado para todos: Dilma Rousseff acusa de que se trata de un golpe de Estado y afirma que “luchará hasta el final” pese a que entre bambalinas se especula con que termine dando un paso al costado. Al mismo tiempo, Temer buscó durante mucho timepo el momento para quedarse con su lugar, incluso sabiendo que está implicado en la misma causa que la actual mandataria: él también podría sufrir un proceso de “impeachment”.

Si al apoyo de los empresarios y el “mundo” de los negocios le sumamos que Lula Da Silva continúa jaqueado por sus propias causas y errores, el futuro de la política brasileña parece alejarse de la zona de comodidad y dominio del Partido de los Trabajadores (PT), cerrando una etapa histórica importante del país.

Comentarios

comentarios