El ajuste y la galopante inflación van de la mano con la cesantía de miles de puestos de trabajados tanto en el ámbito público como privado.

Alpargatas

No pasó todavía el tiempo “acordado” con el gobierno para no despedir empleados pero poco importó: Alpargatas decidió echar de su planta de La Pampa a 60 trabajadores y suspender a otros 93.

Ya un puñado de días después de que firmaran en la Casa Rosada un acuerdo con Mauricio Macri, la firma ya había anunciado que se desprendería de otros 450 trabajadores “eventuales” para reducir personal en sus plantas de La Pampa, San Luis y Catamarca.

En ese momento, desde la empresa señalaron que estos empleados “no formaban parte de la plantilla estable” por lo que no estaban incumpliendo con el pacto gubernamental. Algunas semanas más tarde, “Alpargatas” confirmó el despido de 70 trabajadores tucumanos asegurando que dejarán de formar parte de la empresa en cuanto se le termine su período de contratación, esgrimiendo que, de hecho, “no eran despidos formales”.

Ahora, tras las cesantías en La Pampa, ya no hay excusas. Tanto las principales organizaciones sindicales como la oposición denunciaron en reiteradas oportunidades la fragilidad del pacto empresarial: de su “compromiso” parece haber quedado sólo un golpe de efecto “mediático” a favor del gobierno. Con la ley “anti-despidos” ya vetada y la economía que parece lejos de reactivarse, el panorama comienza a estar cada vez más complicado, especialmente para los trabajadores “golondrina”, contratados y en negro.

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