Pese a los esfuerzos por negarlo, hay un nudo central de “Cambiemos” propenso al negacionismo y contrario a los reclamos históricos de los organismos de derechos humanos.

Como cada año, Elisa Carrió protagonizó una serie de declaraciones tendientes a pedir la libertad de facto de represores y genocidas que cometieron crímenes atroces durante la última dictadura cívico militar.

Si a esto se le suma su ausencia a la hora de votar en el Congreso de la Nación la ley contra el 2×1 para aquellos que cometieron delitos de lesa humanidad y las versiones que la sitúan detrás de los argumentos del fallo de Rosatti, el panorama es más grave aún.

“Estoy de acuerdo con que las personas mayores de 75 años tengan prisión domiciliaria. No creo que responda al derecho humanitario que gente de 80 años esté detenida en cárceles comunes y no tengan prisión domiciliaria. No me parece que eso sea humanista. Creo que hay que resolver ese tema”, sostuvo en diálogo con Radio Mitre.

“Se debe resolver el derecho a la verdad: hay que atender a las víctimas civiles de la guerrilla”, agregó la referente de la Coalición Cívica (CC).

“Hay que resolver el derecho a la verdad, ya no a la justicia, porque está prescripto, que tienen muchas muchas víctimas civiles de la guerrilla. Los familiares de los soldados de Formosa tienen derecho a saber lo que pasó”, sentenció.

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