Las multinacionales mineras que operan en la Argentina están de fiesta: las últimas decisiones del gobierno les dejan ganancias exorbitantes.

Mineria

En un informe presentado en los últimos días, la Barrick Gold reconoció que sus costos se licuaron “por la depreciación del peso” y celebró “las decisiones del gobierno de liberar las restricciones a las importaciones y eliminar las retenciones del 5 por ciento”.

El anuncio de Mauricio Macri en febrero de 2016 no ha hecho más que generarles un clima excepcional para hacer negocios. Según el portal “No a la Mina”, los otros cuatro grandes yacimientos donde opera la firma “acusarán este año de un incremento en los costos: en Lagunas Norte (Perú) los costos aumentarán entre 60 y 130 dólares; en Pueblo Viejo (República Dominicana) el incremento puede llegar hasta los 25 dólares o en todo caso mantenerse en los niveles actuales; en Goldstrike (Estados Unidos) el aumento rondará de 120 a 190 dólares; y en Cortez (Estados Unidos) de 37 a 100 dólares por onza”.

“Con el cambio de dirección del gobierno nacional, Argentina se ha tornado en un país interesante para las inversiones extranjeras. (…) La quita de retenciones puso al proyecto Casposo nuevamente en funcionamiento, pero también mejoró la producción de las minas Veladero y Gualcamayo; reactivó las exportaciones de cales a Chile y alargó la vida de las minas productivas procesando otros minerales”, afirmó con alegría Jaime Bergé, presidente de la Cámara Minera de San Juan.

El funcionario sanjuanino es el mismo que, en septiembre de 2015, salió a defender a la empresa canadiense Barrick Gold y a las autoridades gubernamentales tras el derrame de más de un millón de litros de solución cianurada. “Podés tomar medio vaso de agua con cianuro que no te va a hacer nada”, había dicho en ese entonces sobre la contaminación de cinco ríos provinciales.

Mientras tanto, el gobierno de Mauricio Macri continúa empeñado en pedirle a la población que “ahorre la energía” para “cuidar el medioambiente”. Sin embargo, poco se dice de estos proyectos extractivistas que demandan cualquier cantidad de agua y energía, dañando el medioambiente. Por el contrario, la alianza “Cambiemos” insiste en defender a la megaminería: “Es una política de Estado”, recalcó el titular del Ministerio de Ambiente, Sergio Bergman, como si todavía quedarán dudas del rumbo de la “política verde” gubernamental.

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