La decisión del TOF 6 de mandar a Miguel Etchecolatz a su casa del Bosque Peralta Ramos de Mar del Plata, pese a las condenas por crímenes de lesa humanidad que pesan sobre él y todo lo que el genocida sabe sobre los desaparecidos y se niega a revelar, generó una ola de rechazo y repudio en la sociedad.

Casi tres meses después, la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal, integrada por los jueces Mariano Hernán Borinsky (como presidente), Juan Carlos Gemignani y Gustavo M. Hornos (como vocales), revocó –por mayoría— el fallo que había concedido el arresto domiciliario a Miguel Osvaldo Etchecolatz por motivos de salud.

En esta línea consideraron “que el estado de salud que presenta Miguel Osvaldo Etchecolatz no impide que permanezca alojado en el establecimiento penitenciario recibiendo la atención y los controles médicos adecuados para el tratamiento de sus patologías”.

El sábado por la mañana, el represor volvió a la cárcel de Ezeiza: fue retirado  con casco y chaleco antibalas de su casa a bordo de una de las camionetas del Servicio Penitenciario Federal (SPF), para llevarlo a la unidad carcelaria.

  • Para leer el fallo completo: CIJ

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